Parque del Oeste, Mayo de 1985. El Cielo sabe que soy un Miserable. Traslación libera gitanesca. Yo estuve allí. Si se fijan, subido a un árbol. Moz cantó como los angeles y se cimbreó como el marica de terciopelo que es. En el Paseo de Camoens no cabía un alma.
El otro día pasé, trotando, por el mesmito lugar, y añoré una época en la que se hacían conciertos gratuitos en parques, y no te quitaban 145 euros por ver al abuelo Young, sus sobrinos de la Juventud Sónica y los Drones, como va a ocurrir en el Primavera Sound 2009.
Qué pena.
6 comentarios:
uf, los Smiths, me de recuerdo yo de ese mítico concierto, aunque entre nebulosas. Las drogainas y el alcohol no me dejan recordar gran cosa, la verdad.
Siempre me dieron repeluco las poses gayers del Morrissey... fffffffff
Pedazo de canción esa de los Smiths, aunque prefiero el sonido enlatado, aunque sea por no ver ese horrible tupé y esas gafas pasadas de rosca. Veo y compruebo de nuevo su amor por la nostalgia y por la patilla (no de las gafas del Morrissey, claro), sean eventos deportivos o musicales. Viva el espíritu español!
Los vegetarianos son gente brillante, ya se sabe.
Baci e abbracci
Humm que reminiscencias me ha traido escuchar, no ya a los Smiths, grupo que desgraciadamente ignoré aposta debido a mi abducción metálica adolescente, sino esa impronta ibérica que se siente en el aire materializada en forma de ¡¡¡EEEOOO, EEEOOO!!! ¿a que no habíais reparado en que había algo que no sabíais expresar que os llegaba directo al corazón y no era la voz melosona de Morrissey precisamente? Eran esos EEooo que en otra ocasión el funesto Teddy Bautista inmortalizo en grabación de Leño. Eeoo, bocata calamares y litro de mahou cuando nuestro cuerpo era infinito, rodajes y mallitas ahora que hay que cuidarse.
Ay, amigas, efectivamente el Morrissey es una referencia para gayers y no gayers, para corredores y poetastros, un sensible artista de los que ya quedan pocos. Y los eeeos eeeeeos, como bien apunta Niknik, tan españoles, emocionaron tremendamente a los de Manchester, que, perplejos, no entendían el porqué el público madrileño no "entendía" como es debido.
Ah, en el 85 no existían las infranqueables barreras sexuales actuales, amigas, a los julais les gustaba la buena música, no como ahora, y si eras julandras lo ocultabas, y el Morri parece un músico moderno más, pasando su warholiano plumón por simple afectación postmoderna, o al menos así lo veía el gañán medio español de la época, que igual jaleaba a este que al Fortu de Obús... Eeeeeo eeeeeo!!
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