All Hell Breaks Loose. Cada año por estas fechas y en la Serranía Toledana, cerquita de Talavera, y desde hace ya la friolera de dos décadas. El Infierno en la Tierra, creanme.
Mientras miles de corredores populares madrileños disfrutaban (o eso creen ellos) de la fast food circense (cabra de la Legión included) en que se ha convertido la Media Maratón de Madrid, unos cientos de runners especialmente afectados por la crisis económica (aupa las carreras gratuitas) y la afoto dedicada de los Hermanos Capitán, que sorprende a las visitas desde lo alto del Radiola de 42’’, nos citamos a 125 kms. de la capital, en Hinojosa de San Vicente, con la intención de zamparnos todo un Fricandeau con muselina de espinacas, esto es, subir (y bajar) El Piélago. Nuestro Gólgota particular en pleno Domingo de Ramos.
Para que se hagan Vds. una idea, se trata de una hermosa y singular carrera que, durante más de 10 kms., pone a prueba el temple y el músculo del amor del participante, que a los 500 metros de la salida se comienza a preguntar por las oscuras razones que le llevaron a meterse (con perdón) entre pecho y espalda una cuesta de más de 6 kilómetros.
Y aluego está la bajada, donde las posibilidades de dejarse la piñata en la ruta se centuplican, a no ser que, como moi, se lo tome uno con mucha calma y tire de cuadriceps para retener el desboque todo lo posible, como así hice. Hoy mis piernas me lo recuerdan, y es que el músculo tiene memoria, como dijo aquel Pataliebre.
Mr. Danzig666 himself y Servidor de Vds. pillamos bronce a cascoporro (cómo pegó el Lorenzo, amigas) y nos traímos pa los Madriles una preciosa cerámica talaverana y un frasco de miel de la tierra, amén de ponernos finos de pan con aceite de oliva de Hinojosa y disfrutar de la compaña de unas espontáneas animadoras populares, que pusieron la guinda a una mañana de domingo muy especial. La Subida al Piélago (o el Descenso al Maelstrom, si lo prefieren), que indudablemente repetiremos, si el tiempo y el cardiólogo nos lo permiten, nos ha calado muy hondo, mon cheries.
Eso sí, echamos de menos, no saben cómo, a esos Mayayos, Wild Runners y demás titanes de la montaña, que hubieran añadido una pincelada de color, buenrollismo y casualwearpatipatuprimo a tanto sufrimiento, aunque les imaginamos en alguna otra prueba, de similar o incluso mayor dureza que la Subida al Piélago.
En fin, otra vez será. Vds., ya saben, no olviden runnerizarse y echarse al monte de cuando en cuando, que tanto asfalto no puede ser sano.
No, no son suripantas, son animadoras de atletismo popular, no se confundan
4 comentarios:
Mis nalgas duras y enjutas me recordaron durante todo el día de ayer la subida de los cojones... sin embargo, the next year volvemos, ¿verdad?
Supongo que esa cerámica talaverana que menciona la colocará en su boisserie, al lado del DVD, Edición coleccionista de Pepito Piscinas, no?
joder me ha convencido usted para intentar ir el año q viene porque a mi ya no me ven las zapas por la chorizada de la madia de los Madriles
me alegro q disfrutaran la excursión agreste :-)
el sr wild y servidor estamos -hasta el momento- en nuestra fase asfaltera de la transformación de oruga con zapatillas de asfalto a....oruga con zapatillas de monte .
El 26abr en Zaragoza esperamos terminarla y salir del capullo (nunca mejor dicho) el 10may en la Media de la Granja-Peñalara. Se animan?
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