Corredores de Leyenda - Hoy, Ellison "Tarzan" Brown

Where today are the Pequot? Where are the Narragansett, the Mohican, the Pokanoket, and many other once powerful tribes of our people? They have vanished before the avarice and oppression of the white man, as snow before the summer sun.

Tecumseh, Shawnee warrior and prophet

Ahí lo tienen. El Verano Indio Maratoniano, en todo su hermoso y plumífero esplendor. Un auténtico pura sangre Narrangasett, que supo darlo todo, sobre asfalto y pradera, y a quien, no lo duden, se le debe el haber colocado al Piel Roja Americano en el mapa de la alta competición atlética moderna.

El Guerrero que triunfó, en épocas harto sombrías, sobre la distancia reina y la permanente supremacía WASP en la larga distancia.

El Race Runner que se lió a guantás con una decena de miembros del Partido Nazi en una céntrica cervecería berlinesa, circa 1936, saliendo victorioso, claro está. Ya saben, las Razas Superiores.

El primer corredor de fondo que bajó de las 2 horas y media en una maratón. Y no calzando unas voladoras de 125 gramos, precisamente. Deerfoot, para su familia, novia y tribu.

Nacido y criado en la más absoluta de las miserias (en una reserva, vaya), su voluntad de hierro y un físico privilegiado le abrieron las puertas del olimpo maratoniano, en unos años en los que la cosa estaba muy fea para los atletas de etnia alternativa, amigas. Pero que muy fea.

Vamos, se acordarán Vds. del Strange Fruit de Billie Holiday o de aquel vhs de El Nacimiento de una Nazión que heredaron de su hermano mayor, sí, el que se paseaba en camisa azul por El Retiro apaleando julandras, recién muertito el sátrapa mayor.

Fíjense que nuestro Hombre fue descalificado en los JJOO de Berlín, al ser importunado y distraído por un gañán ario (imagino que mediante insultos tope racistas o vociferándole, Bavarian style, que la birra germana entraba mucho mejor que la Pabst Blue Ribbon tejana) y que a veces se dejaba ganar, entrando el segundo en meta, ya que el premio solía ser en metálico (lo que no ocurría con los vencedores, que obtenían la copa y ya) y había que alimentar a la prole, ya numerosa por aquel entonces.

Y qué me dicen de su sugerente Nick. Mientras aquí nos luce el pelo de la manera que todos Vds. conocen y admiran ("Pataliebre" "Muyayo" "Sponjas" "Extremodura", "BrasiTower", etc.), en America son unos maestros en el arte del apodo. Al bueno de Ellison le pusieron Tarzán por su asombroso parecido con el mítico Weismuller (más que físico, en lo que se refiere a su pericia trepando sequoias - rojas, of course - y su aplastante velocidad persiguiendo ciervos en Rhode Island y pedanía).

Punto y aparte eran sus técnicas de hidratación y rápida obtención de energía: antes de la maratón de Boston del 39 (en la que batió record mundial) se metió 7 hot dogs 7 pal cuerpo, regándolos con litro y medio de Orange Pop. Ya no quedan de éstos, verdad, Martín? Recios (y raciales) corredores del pasado, nada que ver con el moñerío actual y los runners epilady de pitorreo.

Quizá, como a Pre o a Chema Martínez, tanto cáracter le jugaría, a la postre, una mala pasada. En 1975, nuestro Idolo fallecía en el parking de un dudoso garito de Conectica, atropellado por un jovenzuelo, probablemente drogado perdido y, evidentemente, desconocedor de la grandeza de nuestro Hombre: el Rayo Cobrizo, el Relámpago de Boston... Pluma Voladora. Parece ser que un cambio de impresiones sobre la entrega de los Oscars del 73 (recuerden, Brando envió a una chica india, la mollar Sasheen Plumapequeña aka Maria Cruz, a rechazar su estatuilla por El Padrino y soltar una perorata proindian que durmió hasta a Eleanor Coppola) desencadenó la tragedia.

Vidas Ejemplares, Muertes Absurdas. Aplíquense el cuento, intoxicados entes fumetas, abandonen ya esa ponzoña nicotinil y ponganse a trotar por su barrio, mientras recuerdan, no sin sana envidia y un prurito de incredulidad, la leyenda de Tarzán Brown, el Indio que acojonó a Martin Bormann e inspiró a Emil Zatopek. Que no es moco de pavo, precisamente.