Dos Años Sin Humo en Chez Gitane

Qué huevos, abuela, qué huevos. Grandma Gitane, Q.E.P.D., en su postrer aniversario

Algunos de Vds., sépticos ceniceros con patas, no daban un mísero ecu hace escasos 24 meses, cuando el Gitane no era el Gitane y la flojosfera dormitaba el sueño de los gañanes, ajena a un fénomeno que ha levantado pasiones y bajado líbidos, el blos detox de referencia: Mondo Gitane, Un Ex Fumeur Avant la Route (en adelante, MG).

Concebido originalmente como una celebración antinicotina de All Things Gainsbourg y demás gabachadas cool, MG devino (o involucionó, como prefieran) en Un Blog de Corredor Popular, que viene a ser como suicidarse a lo bonzo, tirarse por el patio de vecinos desde un sexto o visitar a diario el blos del falto de Valladolid o el de las Hermanas Torreblanca.

Recuerdan, verdad?

Tan inesperado y sorprendente giro editorial provocó un boom de visitas en esta su casa, pues la muchachada, morbosa de por sí, lo flipa cuando un pelafustán que se metía paquete y medio de Vencedor o Lark, según los recursos, adquiere la sanísima costumbre de trotar y lesionarse, trotar y lesionarse, trotar y lesionarse, en un loop incomprensible y absolutamente chocante para la práctica totalidad de los internautas.

Algunos habituales, asqueados y confusos a partes iguales, retiraron el saludo (aquellos veganos tan tristes, que renegaban de Elvis por pose, pero tenían al pesao de Chick Corea en un altar por simple idiotez) y deslinkearon a MG de sus asombrosas bitácoras de pitorreo friki y/o análisis costumbristas. Normal, yo hubiera hecho lo mismo, sin duda alguna.

Otros, los más, se quedaron por aquí, fascinados con la de kilómetros que se puede meter un corredor paquete pal cuerpo (ellos) e intrigadas por cómo le sienta una malla Brooks de 85 leuros a un menda ya de por sí atractivo, según la creciente rumorología (ellas). Enhorabuena, muchachas.

Y a cuento de qué todo este brasón, se preguntarán Vds.

Pues, amigas, a que hoy se cumplen 2 años 2 de la más sabia decisión que una persona que se vista por los pies y nunca haya leído a Auster puede tomar: dejar de fumar.

Felicitenme sincera y abiertamente (personalmente es complicado, utilicen el email), mesense sus cabellos de impotencia e insana envidia, horroricense una vez más contemplando su apergaminado jeto en el espejo del baño, pregunten a su pareja qué les parece esa escombrera de aliento que se ve obligada a soportar a diario y respetense algo más a sí mismos, que ya es hora.

Y, cuando den el paso, abran un blos de ex fumador intitulado Llamame Brel y Entubame como terapia. Y arrojen sus calcetines o agradezcanme con algún vinilazo de alto gramaje. Me lo merezco, melones.