Otro charity. Esta vez a lo bestia. Cuánta generosidad. Principal beneficiario: Kui Lee Cancer Fund. Otros beneficiarios: 1 billón de personas en 40 países, que pudieron asistir al primer concierto retransmitido por satélite a todo el mundo. Desde Hawaii con amor. El repertorio: impecable. El fondo de armario: precioso de veras, especialmente la capa con el aguila en pedrería que arrojó al público al finalizar la actuación. Ahora puede ser admirada en Graceland.
Aún hoy, se hace difícil pensar en Elvis sin acordarse de Hawaii, y viceversa. Y es imposible (si se es una persona de bien, como es el caso) escuchar An American Trilogy, según la versión de Aloha from Hawaii, sin que se erice el vello y se suelten varios lagrimones, de la puritita emoción. Mañana probamos, si les parece.
Para los que no sepan de qué narices estamos hablando (vamos, lo de siempre por estos pagos), disponen en su Carrefour habitual de una edición en doble dvd del concierto que es absolutamente necesaria.
1 comentario:
El concierto es impagable, una auténtica joya.
Saludos, larga vida al Rey.
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