Siempre la lucía en ocasiones muy señaladas (una boda, la firma de una hipoteca, cuando toreaba Paco Camino en Las Ventas..). Todas las miradas confluían en mi pitillera regia. Son otros tiempos. Se impone el detox para no acabar entubado o como el Guille, así que aprovecho y de paso me saco unos ecus extra subastándola en el ibei ese (creo que 1.000 euretes de salida es lo que procede, hablamos de un objeto excepcional).
Pujen, pujen, nostálgicos de baratillo, adoratrices de lo vintage, la pitillera va acompañada de un certificado de autenticidad firmado por mí y una afoto de servidor de Vds. en el trampolín mediano de la piscina de la Elipa. Vamos, una oferta que no deben rechazar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario