San Silvestre Valmojadeña 2008 (8K)

Cuánto ajetreo, amigas. Un no parar, entre sesiones de fisio por la filosa, fart-less (sic) y tiradas a buen ritmo en las mañanas de los sábados bajo la tutela de Nuria Martínez y otras sonrientes personas a sueldo de Nike, así como competiciones populares de muchos quilates, aquí y allá, ya saben.

La última, hoy mismo, en pleno secarral manchego. La Sansil de Valmojado. Gratuita, gañanes. Y con regalo de camiseta técnica de manga larga marca Yorumay (o algo así).

Por allí no se les vio el pelo (es un decir) a Chema o al Roncero, pero soportamos con españolísimos redaños la insoportable levedad de que nos doblara, en la tercera vuelta, el vencedor de la prueba, un espigado magrebí que sacó más de medio minuto al resto de participantes y que abandonó la localidad en un remozado 124 Special, derrapando con mucho garbo y con el disco de remixes de Cheb Mami atronando en el Kenwood extraíble. Claro que sí.

Al lío: Flash Runner y servidor hemos puesto la guinda a 2008 con esta carrera. Poco más de 600 participantes en nuestra categoría, razonable afluencia de señoritas corredoras, nivelón absoluto entre la muchachada popular (apostaría las Medilast a que más de la mitad corren la Vallecana Internacional, a tenor de los muslamenes y las voladoras que pudimos admirar) y un recorrido de absoluto pasmo, mis cuates: el pueblo más feo a este lado de Despeñaperros, con un asfaltado que haría sonrojar al delegado de Dragados en Kazakhstan y además en 3 vueltas 3, con lo que hasta nos saludábamos ya con las vecinas y paisanaje típico del lugar, que abandonaban por unos minutos sus Castellanas y aguardientes secos en la barra del bar para salir a animar a esos de la capital que pasaban corriendo junto a los restos del naufragio inmobiliario (la de chaletes a medio acabar que pudimos admirar) toledano y portolmediolpueblo.

La carrera se retrasó una hora porque la primordial persona encargada de entregar el dorsal y el chip (cuñado del alcalde, fijo) no daba pie con bolo, amén de hacerse un lío con el tallaje, el sistema numérico decimal y el alfabeto latino. A todo ello (y esto es una mera suposición gitanesca) seguro que contribuyó el haber acompañado los dominicales y obligados tejeringos con generosas dosis de Dollar Fever (el Kentucky Straight Bourbon emblemático de La Mancha más estrambótica y southern fried). Porque si no, no se entiende.

Pero todo lo perdonamos (incluso la pelona que estaba cayendo) por lo bonito y entrañable de una iniciativa de estas características, que nos ha afinado las piernas y el espíritu de cara a la Sansil Garbancera del 31 y que desde ya les recomendamos corran (con perdón) el próximo año, ese en el que dejarán definitivamente de meterse basura en los pulmones, en el estómago y sorprenderán a parienta y amigos con su conversión a lo popular.

Servidor, mientras tanto, les desea un espectacular final de año, mientras me relajo a lo Tom de Finlandia sobre noble madera nórdica (ver santo) y les anticipo, sin rubor alguno y sabiendo lo que me digo, un enorme suceso en su lucha contra Vds. mismos.

No va a ser fácil, pero aquí estamos, faltaría más, para echarles una mano y acompañarles y animarles en su particular travesía detox. Que lo sepan.